Por Paramahamsa Prajñanananda.
En el hinduismo, Shiva (también conocido como Yogeshwara) es un yogui que lleva
una vida familiar de paz, amor y cooperación. El Señor Shiva vive en el Monte Kailasha con su divina consorte Párvati y sus dos hijos, Ganesha y Kartikeya. Cada uno de ellos representa un aspecto diferente de la vida. El Señor Shiva está siempre absorto en la meditación. Párvati se dedica a servir a su marido, lo que simboliza el amor y el camino de la devoción; Ganesha es sabiduría y Kartikeya simboliza fortaleza y valor. Todos tienen diferentes intereses y usan distintos animales como sus vehículos. El Señor Shiva monta un toro y tiene una serpiente alrededor de su cuello.
Párvati usa un león, mientras que Ganesha y Kartikeya usan un ratón y un pavo real como sus medios de transporte. Aunque estos animales son enemigos entre sí, todos viven en armonía en esa familia particular. Hay una lección que podemos aprender de la familia del Señor Shiva, que podemos aplicar en nuestra vida diaria. Todos venimos de diferentes orígenes, pero incluso los miembros de una familia tiene mentes y
objetivos diferentes. Mediante la cooperación y el respeto por los demás, podemos vivir juntos en armonía y lograr un estado de meditación común para todos.
Toda persona que entiende el significado de la familia interior, y lleva este tipo de vida
con amor, estará siempre libre de miedo y ansiedad. El miedo hace débiles a las personas. El miedo a perder la felicidad y el miedo a la muerte hacen de la vida algo absolutamente miserable. El yogui que explora el universo interior es verdaderamente valiente, y esto aplica tanto en su vida espiritual como en su vida práctica en el mundo.
El universo interior. Un viaje a través de los chakras– Paramahansa Prajñananda
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